Aunque vivir en una zona con un clima soleado tiene muchos beneficios, es importante considerar el impacto que la exposición a la luz solar puede tener en nuestros ojos. Un efecto de esto es la fotofobia, un síntoma de intolerancia a la luz que provoca que los ojos sean mucho más sensibles a ciertos niveles de luz. Para ayudarte a comprender un poco mejor esta afección ocular, analizaremos el vínculo entre la luz solar y la fotofobia, y cómo puedes proteger tus ojos de ella.
¿Qué causa la sensibilidad a la luz?
La fotofobia (sensibilidad a la luz) no es una afección ocular en sí misma. Más bien, es un síntoma de otras enfermedades y condiciones que afectan al ojo o al cerebro. Las personas que tienen fotofobia pueden ser sensibles tanto a la luz solar como a la luz artificial.
Varios factores, desde afecciones oculares hasta desencadenantes ambientales, pueden causar fotofobia. Las condiciones que irritan los ojos, como el síndrome del ojo seco o una inflamación (uveítis, queratitis, iritis, neuritis óptica, conjuntivitis), pueden hacerlos más sensibles a la luz. En particular, las enfermedades oculares que afectan al cristalino y a la retina, incluida la degeneración macular y las cataratas, pueden hacer que al ojo le cueste más responder rápidamente a la luz intensa, lo que, a veces, puede causar dolor e incomodidad en situaciones de mucha luz. 1.2
A veces, la fotofobia es un síntoma en personas con problemas de salud mental como ansiedad y depresión, trastorno de pánico, trastorno bipolar y agorafobia (miedo a estar en lugares públicos)1,2. La sensibilidad a la luz también puede ser causada por afecciones que afectan al cerebro, como una lesión cerebral, meningitis, tumores en la glándula pituitaria, hemorragia subaracnoidea y parálisis supranuclear1,3. Además de esas, la fotofobia también se ha relacionado con otras afecciones como la fibromialgia y la enfermedad inflamatoria intestinal (SII). 2
La sensibilidad a la luz varía de persona a persona. Las personas con ojos claros pueden ser más susceptibles a la fotofobia. También hay una variación estacional, y los inviernos suelen ser más llevaderos, aunque, para las personas que viven en climas soleados, la fotofobia puede ser un problema durante todo el año. 3
Síntomas de la fotofobia
Además de la sensibilidad a la luz brillante, la fotofobia implica una variedad de síntomas asociados. Algunos de ellos:
Dolores de cabeza en racimo o tensionales y migrañas.
Fatiga y dolor ocular
Parpadeo excesivo
Ojos llorosos
Sensación de mareo y náuseas
Entrecerrar los ojos a menudo
Estos síntomas pueden durar desde unos pocos minutos hasta un par de horas, siendo las migrañas uno de los más frecuentes. Muchas personas que sufren de migraña necesitan recuperarse en una habitación oscura durante una crisis debido a su fotofobia, e incluso las luces intensas o brillantes pueden desencadenar una crisis. Junto con estos síntomas comunes, la sensibilidad repentina a la luz puede ser un signo de una afección más grave, como la meningitis, por lo que si experimentas algún síntoma repentino, deberías consultar a tu médico lo antes posible.
Cómo manejar los síntomas de la fotofobia
Exámenes visuales periódicos
No existe un tratamiento único para la fotofobia. Una forma de controlarlo es identificando y tratando el problema subyacente que lo causa. Someterse a exámenes visuales periódicos (cada dos años o siempre que notes un cambio en tus ojos) es la mejor manera de detectar un problema ocular subyacente y que se pueda tratar de manera eficaz.
Gafas de sol UV400
Siempre es importante protegerse los ojos para mantener una buena salud ocular. Esto es especialmente importante para quienes experimentan fotofobia. Una de las mejores formas de prevenir la fotofobia es limitar su exposición a la luz artificial y la luz brillante del sol. Protegerte los ojos con unas gafas de sol UV400 de buena calidad puede ayudarte a reducir el daño causado por los rayos UV.
Gafas de sol polarizadas
Las lentes polarizadas pueden ayudar a eliminar los deslumbramientos, que pueden ser especialmente molestos para personas con sensibilidad a la luz. Agregar un filtro polarizado a tus gafas de sol puede ser eficaz para bloquear la luz intensa y brillante. Obtén más información sobre cómo las lentes polarizadas pueden ayudar a tratar la fotofobia.
Lentes tintadas
Los tratamientos con filtro solar en lentes tintadas también pueden ayudar a reducir los síntomas de la fotofobia. Por ejemplo, algunos estudios han demostrado que usar un tono específico de rojo-marrón puede ser eficaz para reducir la frecuencia de la migraña asociada a la fotofobia2. Sin embargo, es importante no usar lentes tintadas todo el día porque, en última instancia, puede aumentar la percepción de dolor y sensibilidad a la luz2.
También, elegir unas lentes fotocromáticas que se ajusten a diferentes intensidades de luz puede ser una excelente manera de proteger tus ojos de la luz brillante en cualquier entorno.
¿Quieres saber más?
Obtén más información sobre la fotofobia y cómo proteger tus ojos del daño solar en nuestra página de consejos sobre gafas de sol. También puedes solicitar una cita en tu óptica más cercana para hablar con uno de nuestros ópticos sobre los diferentes tipos de lentes de sol y soluciones para problemas de sensibilidad a la luz.
Referencias
1. WebMD. (sin fecha). ¿Qué es la fotofobia? [Online]. Disponible en: https://www.webmd.com/eye-health/photophobia-facts (Idioma original: inglés)
2. Digre KB, Brennan KC. Arrojando luz sobre la fotofobia. J Neuroophthalmol. 2012;32(1):68–81. [Online]. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3485070/ (Idioma original: inglés)