Como la mayoría de los casos no presentan ningún síntoma, una de las mejores formas de detectar el glaucoma es durante un examen visual rutinario; por eso es tan importante hacerse uno regularmente.
Tipos de glaucoma
Estos son los tipos principales de glaucoma:
Glaucoma crónico de ángulo abierto / glaucoma primario de ángulo abierto
El glaucoma crónico o primario de ángulo abierto es el tipo más común de glaucoma. Se desarrolla de forma gradual e indolora, por lo que un examen visual suele ser la única forma de detectarlo.
Glaucoma primario de ángulo cerrado
A veces conocido como glaucoma agudo, el glaucoma primario de ángulo cerrado suele tratarse como una urgencia médica.
A diferencia del glaucoma crónico de ángulo abierto, el glaucoma primario de ángulo cerrado se produce rápidamente debido a un aumento repentino de la presión ocular y puede provocar la pérdida de la vista si no se trata rápidamente.
Glaucoma hereditario
El riesgo de desarrollar glaucoma es al menos cuatro veces mayor si se tiene un pariente cercano que lo padezca.
Glaucoma congénito
Congénito significa que la enfermedad está presente al nacer, normalmente afecta a un número muy reducido de bebés.
Glaucoma traumático
El glaucoma traumático puede desarrollarse tras una lesión ocular, ya sea un traumatismo por un golpe o algo que penetre en el ojo. Puede ocurrir en el momento de la lesión o más tarde.
¿Cuáles son los síntomas del glaucoma?
Hay varios tipos de glaucoma y los síntomas difieren según el tipo que se tenga.
El glaucoma agudo se desarrolla mucho más rápido como resultado de un aumento repentino de la presión ocular. Aunque es poco frecuente, el glaucoma agudo suele ser doloroso y suele ir acompañado de visión borrosa y halos alrededor de las luces. Aunque es poco frecuente, suele ser doloroso y a menudo va acompañado de:
- Visión borrosa
- Halos alrededor de las luces
- Dolor de cabeza
- Un ojo rojo
- Náuseas / vómitos
Si tienes estos síntomas, es importante que busques asistencia inmediata. Ponte en contacto con tu óptico, médico o el servicio de urgencias.
Aunque los síntomas desaparezcan, debes ponerte en contacto con tu óptico lo antes posible, ya que, si los episodios se repiten, podrán dañar tu vista.
¿Qué lo causa?
El globo ocular contiene un fluido llamado humor acuoso, que es producido constantemente en la cámara posterior del ojo, pasa a través de la pupila hacia la cámara anterior del ojo y es drenado a través de la red trabecular. Cuando el fluido no puede drenarse adecuadamente, provoca una acumulación de presión en el ojo conocida como presión intraocular.
El glaucoma se desarrolla cuando este aumento de la presión daña el nervio óptico (que conecta el ojo con el cerebro) y las fibras nerviosas de la retina (el tejido nervioso sensible a la luz que recubre la parte posterior del ojo).
En los casos de glaucoma agudo, esta presión aumenta rápidamente a niveles más altos, causando dolor.
Factores de riesgo del glaucoma
- Un historial familiar de la enfermedad puede aumentar las posibilidades al menos cuatro veces.
- Edad: el glaucoma crónico afecta a dos de cada 100 personas mayores de 40 años y a alrededor de cinco de cada 100 personas mayores de 80 años.
- Las miopías de muy alta graduación están vinculadas a la forma crónica de glaucoma, y la hipermetropía a la forma aguda.
- Aumento constante de la presión ocular, lo que se denomina hipertensión ocular (HTO).
- Las personas de origen africano-caribeño tienen un riesgo cuatro veces mayor de padecer formas crónicas de glaucoma en comparación con las de origen europeo.
- El glaucoma agudo es mucho menos común; sin embargo, las personas de origen asiático tienen más riesgo de contraer este tipo de glaucoma en comparación con las de otros grupos étnicos.
- Las personas con diabetes pueden tener un mayor riesgo de desarrollar glaucoma.
- Una presión arterial muy alta puede provocar un aumento de la presión intraocular.
- Una presión arterial baja puede provocar un suministro de sangre insuficiente al nervio óptico, lo que también puede causar problemas.
Pruebas o tests para detectar glaucoma
El glaucoma suele diagnosticarse en un examen visual normal. Además de examinar la salud general del ojo y sus estructuras, se realizan una serie de pruebas rápidas e indoloras que ayudan a detectar cualquier signo de glaucoma.
Test de presión ocular (tonometría)
Se usa un instrumento llamado tonómetro para medir la presión dentro del ojo: presión intraocular. La tonometría puede ser útil para identificar la hipertensión ocular (presión elevada en el ojo), que es un factor de riesgo para el glaucoma crónico de ángulo abierto.
Test de campo visual
Se muestra una secuencia de puntos de luz y se preguntará cuáles se pueden ver. Algunos puntos aparecerán en tu visión periférica, que es donde comienza el glaucoma. Si no puedes ver las manchas en tu visión periférica, puede indicar que el glaucoma ha dañado tu visión.
Evaluación del nervio óptico
Tu nervio óptico conecta tu ojo con tu cerebro. Se puede evaluar de diversas maneras durante tu examen visual y también tomando una fotografía con una cámara digital retineana o también llamada retinógrafo. La fotografía digital de la retina captura una imagen del nervio óptico que puede usarse como referencia para visitas futuras y para monitorear cualquier cambio que pueda ocurrir a lo largo del tiempo.
Tratamiento: manejar el glaucoma
El glaucoma puede tratarse, pero una detección temprana es importante. Si no se trata, el glaucoma puede causar discapacidad visual y daño irreversible. Pero si se detecta y se trata lo suficientemente pronto, el daño potencial a la visión se puede minimizar o prevenir.
Por eso los exámenes visuales regulares son esenciales. Deberías hacerte un examen visual por lo menos cada dos años o con mayor frecuencia si tu optometrista en Specsavers así te lo aconseja. Por ejemplo, pueden sugerirte que te hagas exámenes visuales más frecuentes si tienes un familiar cercano con glaucoma (padres, hermano o hermana).
Si tu optometrista en Specsavers sospecha de glaucoma, te remitirá a un oftalmólogo para que te realice más pruebas. Si el oftalmólogo confirma un diagnóstico de glaucoma, te podrían explicar también:
- cuánto ha avanzado el glaucoma
- el daño que ha provocado en tus ojos hasta el momento
- qué ha podido ocasionarlo
Luego podrán asesorarte sobre el tratamiento, que en la mayoría de los casos es simplemente un colirio o gotas que se usan a diario, y te citarán regularmente para un seguimiento.
Gotas oculares
La finalidad de los colirios es reducir la presión ocular, ya sea reduciendo la cantidad de líquido (humor acuoso) que se produce o ayudando a que drene mejor del ojo.
Tratamiento con láser
Dependiendo del tipo de glaucoma, pueden utilizarse diferentes tipos de tratamiento con láser. En un caso agudo, se suele utilizar un procedimiento llamado iridotomía para aliviar rápidamente la presión y mantenerla baja. En los casos no agudos, se puede utilizar una trabeculoplastia selectiva con láser (SLT) para ayudar a bajar la presión; es especialmente útil para las personas con glaucoma de ángulo abierto que no han mejorado utilizando gotas oculares para bajar la presión.
Cirugía
Las gotas oculares suelen ser el primer tratamiento que se prueba, pero la cirugía es una opción. La cirugía de trabeculectomía ayuda a frenar el desarrollo del glaucoma y a reducir la presión ocular; pueden utilizarse muchos otros procedimientos en función del estadio y el tipo de glaucoma.
Futuras opciones de tratamiento
Se están desarrollando nuevos tratamientos para el glaucoma. Entre ellos, se encuentran un diminuto dispositivo de acero inoxidable que permite drenar el líquido del ojo, una pequeña sonda que se desplaza a través de una pequeña incisión y utiliza energía térmica para mejorar el drenaje, y un tratamiento denominado canaloplastia, que utiliza un catéter extremadamente fino para ampliar el canal de drenaje natural del ojo y aliviar la presión en su interior. Entre las ventajas de todos estos tratamientos está el hecho de que son mínimamente invasivos, lo que reduce el dolor y los efectos secundarios.
Los investigadores también están buscando nuevas formas de combinar los colirios para que funcionen mejor y sean más fáciles de usar. A más largo plazo, se está investigando el tratamiento del tejido cerebral y nervioso para ayudar a su regeneración, así como la forma en que las células madre pueden ayudar a proteger el nervio óptico.
Si te preocupa tu salud ocular, ponte en contacto o visita tu óptica Specsavers más cercana inmediatamente, aunque no tengas cita. Para obtener más información sobre las condiciones oculares más comunes, visita nuestra página de cuidado ocular.